LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER.

por Hjalmar Hernández.

Desde hace mas de 25 después de la resolución de la Organización Mundial de la salud en su resolución 49.25 (WHO, 1997) hace de la violencia contra la mujer un problema de Salud pública lo que eleva de categoría el problema de violencia que viven muchas mujeres alrededor del mundo al rango de prioridad para los Estados, lo cual lastimosamente por diversas razones parece no cumplirse.

En el mismo sentido se establece que la violencia contra la mujer no solo implica un golpe físico sino una amplia gama de acciones que hacen del problema algo agudo y que desmorona poco a poco no solo a la persona que lo sufre sino a la sociedad.

Aliaga et al (2003) trata de englobar estas ideas de la siguiente manera: “La violencia contra la mujer se refiere a la violencia física, sexual y psicológica, la violación por el esposo, la mutilación genital y otras prácticas tradicionales que atenten contra la mujer, la explotación sexual, el tráfico de mujeres y la prostitución forzada, el hostigamiento y la intimidación sexual en el trabajo y en instituciones educacionales y la violencia física, sexual y psicológica perpetrada o tolerada por el Estado, donde quiera que ocurra.”

Lo anterior ayudó a que las sociedades actuales logren visibilizar el problema porque se obligó a que trascienda del ámbito meramente privado a lo público, lo cual permite tomar medidas ya sea de atención temprana o de curar las secuelas dejadas por tal comportamiento.

RELACIONES DE PODER Y VIOLENCIA.

A principios del presente siglo se estimaba que un 53% de mujeres a nivel mundial sufre algún tipo de violencia (Aliaga et al, 2003), misma que poco a poco va minando la autonomía de la mujer para poder desenvolverse en la sociedad llegando a anquilosarse en distintos espacios, la violencia así traspasa los ámbitos religiosos, sociales y socioeconómicos, volviéndose como ya se escribió arriba en un problema público.

La violencia domestica en particular se convierte en parangón donde se muestra claramente que las relaciones de poder influyen en el problema (Aliaga et al, 2003),. Las relaciones asimétricas culturales con que muchos hombres y mujeres se criaron tienen repercusiones a la hora de compartir una vida juntos y criar hijos. La jerarquización enseñada tiene coadyuvantes como o son los factores económicos, pero al final se tiene la subordinación total de la mujer hacia el hombre.

Para entender de mejor manera las relaciones de poder, se puede hacer desde la perspectiva de Foucault, el cual explica que el poder esta en todas partes y se propaga a través del discurso que brindan las instituciones a los cuales todos los ciudadanos están conectados, véase iglesias, escuelas, y la familia misma. Estas normas y valores que nutren las vidas de todos ayudan a construir VERDADES que al final inciden en la forma de ver la vida y de comportarse. (Piedra Guillén, 2004). Estas relaciones de poder necesitan una forma de control y lo hacen a través de vigilancia, la cual puede ser ejercida de forma presencial por parte del dominante o agresor o el mismo agredido (dominado) se vuelve un vigilante de si mismo en tanto que se va acoplando las reglas establecidas ya no por la sociedad sino por la relacion de poder que lo subordine.

Lo anterior hace que cobre vida algunos aspectos acuñados por Focault como lo son:

La clausura, que es el espacio físico o psicológico donde la persona debe permanecer para ser vigilada y cumplir las normas.

Espacio interdisiciplinario, que es el espacio donde el dominante puede tener acceso a las acciones que el subordinado haga o deje de hacer, de tal manera que pueda ejercer algún control sobre las mismas.

Imagen deEngin Akyurt en Pixabay


VACIO EXISTENCIAL MACHISTA.

El vacío existencial, en palabras gruesas, es la falta de sentido que tiene la vida y esto viene dado por varias razones (sociales, culturales y económicas) y se acentúa mas cuando la crianza del varón ha sido en todo aspecto machista. Pero debe entenderse este vacío como desordenes emocionales y complejos de inferioridad que derivan en la superficialidad. (Frankl, 2015)

Es de aclarar que la sociedad en general está viviendo una crisis existencial, y en el campo de las relaciones es donde se está sintiendo de forma brutal el impacto de tal crisis. Hay un problema enorme para definir quiénes somos y por ende nuestras pautas de comportamiento se rigen más por la doxa y por los vaivenes del mercantilismo.

En el caso de los varones hay un agravante que viene como a terminar de hacer más caos: el machismo imperante, como conducta predominante a la hora de tratar con las demás personas y en especial con las féminas.

Desde la perspectiva psicológica el vacío existencial surge cuando el humano esta apabullado por las exigencias de la sociedad y que cada acción nuestra nos va alejando del objetivo que uno se había trazado al principio. Y en el caso del varón salvadoreño busca constantemente satisfacer su ego y cada acción va en función de ello, no busca trascender (y hacer que otros trasciendan menos) sino llenar su tanque de ego a diario, lo que a la larga provoca una sarta de malas elecciones y en ese caminar va dejando cadáveres espirituales que solo fueron un fin para acumular más poder o dinero.

Esto se manifiesta en cosas tan pequeñas como, sonar el claxon a la pareja porque tuvo un retraso para salir y de paso esperarla enfadado porque se llegará tarde a una reunión. Hay hombres que nunca han planchado su ropa y hacen un nudo gordiano porque la camisa manga larga que iba a utilizar hoy tiene algún quiebre o parece ajada. Estas actitudes van encerrando a la mujer de tal manera que pierde sus conexiones y sus círculos emocionales, Viktor Frankl (2015) dice al respecto que “al no conservar las tradiciones que marcan la actuación socialmente aceptada, el hombre carece del instinto que guía su conducta, y con frecuencia no sabe cómo comportarse. Por ello, hace lo que otras personas hacen (conformismo) o hace lo que otras personas quieren que haga (totalitarismo)”

VIOLENCIA CONTRA LA MUJER EN EL SALVADOR.

La violencia contra la mujer en el país es endemico, sitios web como el observatorio de violencia de ORMUSA mantiene un sondeo regular sobre datos sobre la violencia contra la mujer de todo tipo, para el caso se tienen datos que en promedio se reportaban 24 casos de violencia contra la mujer a la fiscalía solo a mediados del año 2021[1]. Datos que vuelven necesario que se trabaje mucho mas en el tema de hacer conciencia a la población sobre este problema social en función de minimizar o hacer conciencia en las personas.

 

¿QUÉ SE PUEDE HACER AL RESPECTO?

Para el caso especifico de las relaciones de poder, el ismo Foucault explicaba que no es algo que no se pueda cambiar, sino que puede eliminarse a través de voluntad de las partes involucrada.

Inculcar en los ciudadanos que las relaciones de pareja deben verse desde la perspectiva del crecimiento personal y social. Al abandonarse a los egos se corre el riesgo de que se frene el crecimiento espiritual que se debe conseguir día a día. Por ende, debe buscarse la forma de que las personas busquen conocerse a si mismas para poder afrontar los problemas que plantee la vida cotidiana.

 

 

Referencias.

Aliaga P., Patricia, Ahumada G., Sandra, & Marfull J., Marisol. (2003). VIOLENCIA HACIA LA MUJER: UN PROBLEMA DE TODOS. Revista chilena de obstetricia y ginecología, 68(1), 75-78. https://dx.doi.org/10.4067/S0717-75262003000100015

Frankl, V. (2015) El hombre en busca de sentido. Editorial Herder.

World Health Organizations, WHO (1997) Violence against women. https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/63553/WHO_FRH_WHD_97.8.pdf

Piedra Guillén, N. (2004). Relaciones de poder: leyendo a foucaultDesde la perspectiva de género. Revista de Ciencias Sociales (Cr), IV(106),123-141.[fecha de Consulta 1 de Abril de 2022]. ISSN: 0482-5276. Disponible en:   https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=15310610

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