Hablando sobre: Emociones & Sentimientos
Por George Navas.
Cuando tu pareja se
acerca hacia ti, y te otorga un detalle inesperado ¿Qué sientes? ¿Alguna vez te
lo has preguntado? Quizá y reacciones con una sonrisa y experimentes euforia, o
simplemente te muestras impresionado ante el hecho de recibir algo cuando no lo
esperas. Si caminas por la calle y de pronto eres víctima de un asalto ¿Qué es
lo que haces? ¿Te muestras fresco y cedes al proceso, o, reaccionas a la
defensiva intentando así evitar lo inesperado?
Hablar sobre
sentimientos y emociones resulta en la mayoría de veces, en palabras sencillas,
como bastante confuso. ¿Por qué? Pues, cuando hablamos respecto a lo que
sentimos tendemos a confundir el sentimiento y emoción a la vez. Para tener una
referencia más clara, iniciaremos por definir que es una emoción, y luego, que
es un sentimiento.
La emoción puede
entenderse como un “estado animado del organismo marcado por muchos cambios
fisiológicos” (Cliford T. Morgan). Esta se da por impresiones de los sentidos y
las mismas son momentáneas. Ocurren de un momento a otro y en ello se altera o
excita principalmente el sistema simpático del sistema nervioso autónomo. Este
también es conocido como “sistema de emergencia” puesto que se activa,
principalmente, en situaciones que el cuerpo requiere de más energía de lo
normal. Por ejemplo, cuando estamos en peligro, muchas veces luego de haber
vivido el hecho nos preguntamos o decimos ¿no sé cómo hice o saque fuerzas para
hacer eso? Y exteriorizamos a los demás lo increíble que rodea la acción
realizada anteriormente.
El sistema
simpático, como el parasimpático es parte del sistema nervioso autónomo, como
antes lo hemos mencionado. Entre sus
cambio más notables podemos mencionar que aumenta los latidos del corazón,
dilata las pupilas y estimula las glándulas suprarrenales, mientras que en el
parasimpático es antagónico al mismo. La palabra autónomo nos da la idea de que
se activa de manera automática o involuntaria, es decir, sin que nosotros lo
queramos.
La excitación, es
común a toda emoción. Hay centenares de variedades de emoción, todas ellas
distinguibles por medio de nombres. Tres clases básicas con:
El temor: se
adquiere merced al condicionamiento, por observar a otros, por oír relatos de terror
o por la maduración perceptual.
La ira: es una
respuesta a la frustración de motivos, a lesiones o insultos o a la observación
de la conducta agresiva de otra gente.
El placer: es la
reacción a la satisfacción de un motivo.
Y la gran mayoría
de sus matices son alguna combinación de ellas.
Las emociones también
pueden clasificarse en tres categorías, las cuales son: positivas, negativas y
neutras.
Dentro de las
categorías podemos acomodar algunas emociones de la siguiente manera:
Emociones Positivas:
estas son emociones agradables que se experimentan, valga la redundancia, en
momentos agradables, como por ejemplo la felicidad, amor, cariño, humor.
Emociones
Negativas: estas no son como las anteriores, se producen en momentos
desagradables, como cuando sucede una amenaza o se vive una perdida, por
ejemplo miedo, ansiedad, ira, hostilidad, tristeza, asco. Estas tienden a ser más
prolongadas en el tiempo que las positivas.
Emociones Neutras: no
son agradables ni desagradables, ni positivas ni negativas, pero comparten
características de ambas. Se asemejan a las positivas en su brevedad temporal y
a las negativas en la gran movilización de recursos que producen. Por ejemplo
podemos tomar la sorpresa.
Las emociones
también pueden clasificarse en básicas y no básicas. En las emociones básicas
se produce una forma constante de afrontamiento (movilización para la acción) mientras
que en las no básicas esto no se produce. Las básicas, además, poseen una
expresión facial concreta y de carácter universal.
Las emociones no
básicas se obtienen a partir de la mezcla de emociones básicas, por ejemplo,
los celos serían una mezcla de ira, tristeza y miedo.
Entonces, tenemos
claro que la emoción es momentánea, y, aunque parezca muy sencilla no lo es.
Pues la complejidad que le acompaña es notoria al entrar más en materia. A
diario vivimos emociones, desde el momento que empezamos nuestra rutina diaria
hasta terminarla. Incluso, cuando nos percatamos del proceso de la comunicación
en la sociedad podemos darnos cuenta que el mismo conlleva un intercambio
emocional segundo a segundo. Las emociones poseen expresiones universales en el
lenguaje corporal del ser humano. Podemos notarlas en la expresión facial,
corporal, el lenguaje, tono de voz, etc.
Incluso, los perfiles
en las redes sociales no se libran de lo mismo, y en ellos podemos notar con
mucha más claridad lo expresado anteriormente. Son, más que nuestro espacio en
la web, un medio para el proceso constante de intercambio de emociones.
En cuanto al
sentimiento, lo podemos definir como el resultado de la emoción. “Impresión y
movimiento que causan en el alma las cosas espirituales” (según la RAE). Es
decir que, el sentimiento es más complejo que la emoción misma.
A diferencia de las
emociones, los sentimientos son más persistentes y duraderos, más profundos y
más espirituales. Su manifestación externa es más débil que la de los
sentimientos. “Es un estado habitual del alma, del yo, más que una reacción
ante algo que nos sucede” (Juan Manuel Burgos).
Podemos decir
también que es un estado de ánimo que se relaciona con la toma de consciencia
de una emoción. Los sentimientos implican subjetividad, son vividos como
estados del yo. También se dice que el sentimiento ese distingue básicamente de
la emoción por estar revestido de un número mayor de elementos intelectuales y
racionales. En el sentimiento ya existe alguna elaboración en el sentido de
entender y comprender.
Las emociones de
manera consecutiva generan lo que son los sentimientos. Es decir que no puede
existir un sentimiento sin antes haber una emoción. Gracias a las emociones y
la persistencia de las mismas es que podemos generar un sentimiento. Para tenerlo
más claro recurramos al recuerdo de cuando queremos conquistar a esa persona
que nos atrae. No generamos amor de un momento a otro, vamos paso a paso, quizá
generando sonrisas, pequeños momentos de alegría, bienestar y gracias a esa
prolongación es que podemos generar el amor.
Al igual que con
las emociones, los sentimientos los podemos dividir en tres categorías
mencionadas anteriormente, las cuales son positivos, negativos y neutros.
Pero según Antonio Damasio, podemos
distinguir tres tipos de sentimientos:
Sentimientos de Emociones
universales básicas: Felicidad,
tristeza, ira, miedo y asco. Son los que corresponden a perfiles de respuesta
del estado corporal que en gran parte están pre-organizados y son percibidos
fácilmente.
Sentimientos
de Emociones universales sutiles: Variaciones
sutiles de las anteriores como euforia, éxtasis (felicidad), melancolía y
nostalgia (tristeza), pánico y timidez (miedo), remordimiento, vergüenza. Este
tipo de sentimientos nacen de las variaciones sutiles del estado emocional del
cuerpo y del estado cognitivo.
Sentimientos
de fondo: Se origina en estados corporales “de fondo”
y no en estados emocionales. Este tipo de sentimiento es el sentimiento
de la vida misma, el sentido del ser.
Un sentimiento de
fondo no es lo que sentimos cuando saltamos de alegría, o cuando estamos
abatidos por el amor perdido, estas dos acciones corresponden a estados
corporales emocionales. Un sentimiento de fondo corresponde al estado corporal
predominante entre emociones. Ya que cuando sentimos alegría, ira u otra
emoción, el sentimiento de fondo ha
sido reemplazado por un sentimiento emocional.
Por ello, con toda
probabilidad, son estos sentimientos y no las emociones, las que experimentamos
de manera más frecuente durante la vida. Aunque sólo de manera sutil somos
conscientes de un sentimiento de fondo. Uno de los objetivos de la Inteligencia Emocional,
consistiría en conocer y percibir de la manera más sutil este tipo de
sentimientos.
También existen
sentimientos corporales, los cuales menciona Juan Manuel Burgos en su libro Antropología:
Una guía para la existencia. Los cuales hacen referencia a los estados del
cuerpo, al frio, calor, etc. Estas en sí, son las que conocemos como
sensaciones. Las sensación es “la impresión que las cosas producen por medio de
los sentidos” según la RAE.
Recordemos la
importancia que mencionamos al principio, el saber identificar un sentimiento y
una emoción, ya que esto nos ayudara para poder percibir de mejor manera las
cosas y así, no caer en el error de confundir las cosas en determinado momento.
Parte de la necesidad de lo mismo se hace notar cuando nos tornamos confundidos
y no sabemos cómo hacer para despejar nuestras dudas en una relación ya sea
sentimental o interpersonal.
En fin, podemos
decir entonces que la emoción es temporal, y, que los sentimientos son más
prolongados que una emoción o permanentes. Saber diferenciar entre ambos nos
ayudara en la vida para ser más conscientes en lo que pasamos día con día y a
la vez, ser más atentos ante la conducta de los demás y que así, no seamos
engañados y quizá a lo mejor en algún momento podamos notar cierta necesidad ayudar
a los demás en lo que sea necesario.
No hay que
aprenderlo al pie de la letra, insisto, solo quizá sea necesario ser más
conscientes de lo que vivimos y así podamos ser más precisos a la hora de
exteriorizar a los demás lo que sentimos en determinado momento.
Debo decir q este tema esta muy interesante porq explica las diferencias entre sentimientos y emociones de una manera muy fácil de asimilar, creo q para el lector es una herramienta muy útil porq puede clasificar sin problema alguno las diferencias entre ambas. En lo personal me considero una persona sentimentalista mas q emocional porq me dejó guiar por mis sentimientos y no tanto por una reacción momentánea...en lo personal me fascinó este tema!!! :)
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