Sobre el estudiante en el siglo XXI

Apuntes sobre enseñanza-aprendizaje
By George Navas

Hoy en día se discute mucho sobre la calidad académica en las instituciones educativas, como también sobre la labor eficiente y de calidad por parte de los educadores en las mismas y esto es bastante cuestionado gracias a la influencia e imagen que los docentes tienen ante la sociedad. Socialmente un profesor es percibido, ante una buena mayoría, como un líder, alguien que sabe de todo y gusta al enseñar a los demás como también una persona de valores con un alto grado de empatía para con las personas. ¿Pero creo que algo se pasa por alto?, que la realidad nos muestra que lo anterior no es como se lee además de la labor del mal llamado “alumno”, es decir, el perfil o aspectos que el estudiante debe tomar en cuenta o poseer en la actualidad.

Según Tijiboy (2011), un alumno es aquel que no posee luz propia (a=sin, lumine=luz), lo que significa que los alumnos son seres “sin conocer lo que tienen que aprender, sin cuestionar o dudar de la palabra del profesor”. Esta demás decir que en la actualidad la palabra “alumno” no cabe, puesto que gracias al avance de las tecnologías, las ciencias y la capacidad cognitiva del ser humano, cada vez poseemos más información a nuestro alcance como también medios, métodos y procesos para la obtención de la misma. Todo esto es necesario para aprender, y para saber como aprender. Es decir, los avances mostrados a través de la información y los procesos que tenemos para la aprehensión y búsqueda de la misma nos ayudan para conocer lo que se debe aprender, cuestionar lo expresado por los demás y con ello aprender a dudar de la palabra del docente y todo aquel que de algo como certero, en el sentido de querer saber el por qué de las cosas ahondando en la información cada vez más. 

La información se genera gracias al conocimiento nuestro y de los demás, y, el conocimiento se genera gracias a la información que percibimos, recibimos y hacemos nuestra. La información, según Fernández (2010), “se compone de datos y acontecimientos”, mientras que el conocimiento “se relaciona con la comprensión y el significado que se da a la información”. Por ello, es importante generar conocimiento a partir de información, en otras palabras, a partir del conocimiento generado por la información que aprehendemos, generar mas información que nos sea útil y de ser posible compartirla o darla a conocer de una u otra manera. Esto permitirá aprovechar nuestro propio conocimiento para no volvernos unos entes repetidores de información y comprender también el aprendizaje al que constantemente estamos sometidos en la actualidad. 

El saber se construye individualmente y también en grupo pero es necesario el dominio propio para determinada acción. Por ello es importante tener en cuenta el valor de la autoestima en esto y saber como esta se involucra en dicho proceso. La autoestima es importante para generar resultados positivos y es gracias a ello mantiene una buena relación con el aprendizaje y la educación, pues la persona es la protagonista en ello. El protagonismo es el elemento esencial para aprender, debido a que eso nos vuelve independientes a través de un rol activo en el proceso enseñanza-aprendizaje, logrando así autonomía personal. Para comprender mejor esto habrá que reflexionar sobre lo que hacemos y como lo hacemos para luego preguntarnos ¿habrá otra forma mejor?. Pues no hay que depender de factores externos como la calidad docente, infraestructura o clima. Hay que aprender a aprender por sí mismo para lograr la ya mencionada autonomía personal. 

¿Por qué y para qué estudiamos?, ¿Qué podemos cambiar para aprender mejor?. Estas interrogantes ayudarán a reflexionar y a su vez a descubrir el potencial latente o manifiesto en nosotros como estudiantes. Latente se refiere al que esta dentro de nosotros pero no logramos manifestar, mostrar a través de nuestro actuar. Lo manifiesto hace referencia a lo que se muestra a través de nuestro accionar, en la interacción con los demás. 

En la actualidad se espera que la calidad del docente defina la calidad del aprendizaje, cuando esto debe ser dejado atrás debido a que actualmente el estudiante debe lograr su propia autonomía y esta se dará gracias a la motivación y auto-reflexión que realice. 

Tanto el docente como el estudiante se han acomodado en su rol esperando tanto uno como del otro sin pensar en ellos mismos, en dar el primer paso. No sirve de nada tener un docente buenísimo en su área sino se le aprovecha a través de la generación y expresión de constantes interrogantes, pues no debemos de permitir la aceptación y repetición de una sola información recibida. Es el estudiante quien debe poseer la capacidad e interés investigativo para generar su propio conocimiento a partir de la información que recibe y así no cumplir la función parásita o de repetidor. 

Por esto y más se necesita que el estudiante esté motivado y sepa muy bien trazar sus metas y comprender adonde llegará con ellas, pues las mismas definirán la utilidad del aprendizaje y conocimiento generado en su vida. 

Las exigencias crecen con el pasar del tiempo y la información se encuentra en una actualización constante, esto gracias a los diversos procesos que existen hoy en día para generar el conocimiento. La invitación es a ser participes de ello, no perder la chispa y capacidad de asombro ante lo que nos rodea puesto que el asombro “es una actitud humana frente a la realidad, pero una actitud diferente a las actitudes cotidianas” Picardo Joao (1998). 

Estudiar sin saber lo que queremos es como vivir la vida sin aprovecharla. El conocimiento generado por nosotros mismos sera útil para nosotros y, en su momento, para los demás. Ver el saber como herramienta ayuda a comprender el por qué la preparación y constante actualización nos llevarán lejos, donde quizá un día soñamos estar o llegar.

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